Orar por Nosotros

Todos tienen algo para contribuir al CMC. Enfocando sus pensamientos y oraciones en los individuos y las familias que buscan ayuda al Centro, y en las personas quienes intentan de proporcionar ayuda, es algo que todos podemos hacer para ayudar. Todos son bienvenidos/as para rezar en la capilla del CMC durante el horario de oficina.

Oración por los migrantes y refugiados

Conferencia de Obisbos del EEUU

Señor Jesús, cuando multiplicaste los panes y los peces, proveíste más que comida para el cuerpo, y nos ofreciste el don de ti mismo, ¡el don que satisface toda hambre y sed! Tus discípulos estaban llenos de temor y dudas, pero tú derramaste tu amor y compasión sobre la multitud migrante, acogiéndolos como hermanos y hermanas.

Señor Jesús, hoy tú nos llamas a acoger a miembros de la familia de Dios que llegan a nuestra tierra escapando la opresión, la pobreza, la persecución, la violencia y la guerra. Como tus discípulos, nosotros también estamos llenos de temor y dudas, e incluso sospecha. Construimos barreras en nuestras mentes y corazones.

Señor Jesús, ayúdanos con tu gracia,

– A erradicar todo miedo de nuestros corazones, para que podamos acoger a cada uno de tus hijos como nuestro propio hermano y hermana;
– A darle la bienvenida al migrante y al refugiado con alegría y generosidad, respondiendo a sus muchas necesidades;
– A darnos cuenta de que tú llamas a toda persona a tu montaña santa para conocer los caminos de paz y justicia;
– A compartir de nuestra abundancia mientras tú compartas un banquete frente a nosotros;
– A dar testimonio de tu amor por toda persona, al momento en que celebramos los muchos dones que traen consigo.

Te bendecimos y te damos gracias por la familia que has llamado a unirse de muchos pueblos. Observamos en esta familia humana una reflexión de la unidad divina de la Santísima Trinidad en quien realizamos nuestra oración: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Amén.

Petitions for Care for the Poor

Adapted from US Catholic Charities

Confident that God always hears the cry of the poor, we lift up the following needs:

Give the church the grace to be a “poor church for the poor,” and so become an even greater sign to the world of Christ’s charity for the least and those in need.

Give the people of our nation the collective will to make the economic, social, and political choices to reverse the human-made disaster of poverty, and so offer a new vision of life and society.

Give those in elected office the conviction and courage to promote social policies and economic structures which reduce poverty and promote a just distribution of the world’s goods.

Give those who struggle with poverty renewed hope, economic and educational opportunity, and dignified work in safe conditions for just wages, that they might live in economic security.

Give us open hearts that we might willingly share our gifts with others, follow Jesus in his own poverty, and seek his face in the most vulnerable of our brothers and sisters.

Give to the Catholic Multicultural Center and other organizations of good will the leadership and resources needed to reduce poverty in the communities they serve.

God of bounty, your son Jesus embraced poverty and taught that the poor are blessed, for “theirs is the kingdom of God.” Help us to step out of our certainties and comforts and keep our eyes fixed on our Creator, so we can both see and serve the Divine in the faces of the poor.

Amen.